Antonio Penadés

Las entrevistas de “Pegando la Hebra” suelen ir precedidas por una introducción-reseña de Marina Lomar, colaboradora del programa radiofónico, profesora de filología y escritora. Pues bien, este fue el precioso texto que Marina preparó acerca de Tras las huellas de Heródoto, por el que le estoy muy agradecido:

«A través de la lectura de Tras las huellas de Heródoto se perfila la sombra de Antonio Penadés, un autor amable, incansable viajero del tiempo, filósofo y humanista que da rienda suelta a su brillantez narradora en una magnífica obra difícilmente catalogable.

En efecto, Tras las huellas de Heródoto no es una simple crónica de viajes, no es una mera zambullida en el pasado que intenta aproximarse con admiración a la gran figura de Heródoto, el primer historiador según Cicerón como bien recuerda Antonio Penadés.

Por lo pronto, es una sorpresa para el alma lectora y viajera, una joya luminosa engarzada en una prosa directa y tierna donde destacan la sencilla elegancia y la bondad del viajero conmocionado por la belleza sonora de Bodrum, Samos, Éfeso, Ayualik, Lesbos, Focea, Bergama, o de Bizancio.

Estos nombres retumban entre otros y brillan sus ciudades a las que Antonio Penadés, amparado por la serenidad que otorga el conocimiento, hace rimar con la palabra respeto.

Respeto, tolerancia, regadas por una gran dosis de erudición que Antonio Penadés conjuga con el deslumbramiento del niño asombrado por todo cuanto ve.

He aquí una de las grandes virtudes de Tras las huellas de Heródoto, un libro leído con inmenso placer en mi caso: en él, Antonio Penadés ha sabido maridar el ensayo con la ensoñación, la delicada poesía de los paisajes con la nostalgia de la Historia -con H mayúscula-, las observaciones de lo cotidiano de lo que es, con las posibilidades de lo que fue.

Ensayo porque existen entre otras, referencias al tiempo que me transportaron a la Montaña mágica de Tomás Mann o pensamientos sobre la libertad que, como el filósofo ecléctico y vital Henri Bergson, es, para Antonio Penadés, entre todos los hechos existentes, el más claro de todos y por el cual merece la pena luchar.

Así, crónica de viaje y retales históricos, filosóficos, humanistas o sociológicos, es difícil cansarse de seguir las huellas de Heródoto, aunque Antonio Penadés no se limita a seguir la estela de Heródoto; su mirada abarca el paisaje sonoro antes mencionado y el paisaje humano. Por ello, no dudo que Tras las huellas de Heródoto obtenga un lugar privilegiado en las bibliotecas.

En mi caso, lo tendrá en mi mesita de noche, algunos pasajes bien merecen varias lecturas. ¿Pero no lo habíais deducido? Tras las huellas de Heródoto va camino de convertirse en un clásico».