Comentario de José Manuel Almerich
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José Manuel Almerich es doctor en Historia y autor de más de 20 guías de viaje y ensayos históricos, entre ellos Sin brújula y sin prisa. Crónicas de viaje por un paisaje cercano (Perifèric) y Paisajes fortificados. Torres, Murallas y Castillos en Tierras Valencianas (Bromera). Tiene además un interesantísimo blog, Sin brújula y sin prisa. Traemos su comentario acerca de Tras las huellas de Heródoto, que agradecemos desde aquí.
Con apenas diecisiete años, Antonio Penadés se encontró con Herodoto. Sintió que le hablaba y le contaba, directamente, sus viajes, inquietudes, dudas y descubrimientos. Sintió que se preguntaba el porqué de las guerras médicas, los temores a que el Imperio Aqueménida acabara con la cultura griega, guerras que hubiesen cambiado el curso de la historia en caso de que los persas hubiesen vencido, y por tanto, la sociedad occidental europea hoy hubiese sido distinta. Herodoto le abre el mundo de la antigüedad clásica entre los viejos libros de una biblioteca que, como una ventana al tiempo, le invitó a viajar por Samos y Tracia, la actual Turquía. Y cuando pudo viajó, saltó las barreras de la cultura, la familia, el idioma o el amor, barreras no físicas pero que era necesario saltar, durante un tiempo en la más extrema soledad espiritual. Allí aprendió, al final del viaje, del valor y la importancia de lo que significa una conversación inteligente.
Ayer Antonio, amigo, profesor, escritor y viajero, presentó su último libro. En el patio de los Arcos del palacio de Malferit, congregó a sus seguidores que deleitó con una conferencia cargada de pasión y no exenta de rigurosidad histórica, de la visión del viajero y su camino tras las huellas de Herodoto, de la ecúmene clásica que pocos como él, saben describir. Con los griegos nace la literatura, y con Herodoto la historiografía. Con Antonio Penadés, el dialogo con la antigüedad.
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